Con más tiempo del que debería ser permitido por la ley entre una primera y segunda parte, completamos la filmografía de Jenna Jameson con un segundo post sobre sus películas del siglo XXI (volved a echar un vistazo a la primera parte -años 90-, que ha sido ampliada, editada y revisada). Aunque menos prolífica que su anterior etapa en cuanto a cine argumental, la pasada década vio expandirse la carrera de la americana con unos cuantos estrenos de gran éxito, su salida de Wicked Pictures, su entrada en Vivid y el nacimiento de su propia compañía, ClubJenna.
Como en el anterior post, nos centramos en sus películas argumentales. Dejamos de lado el sin fin de recopilatorios de escenas con ella en el reparto, su estupendo programa de televisión 'Jenna's American Sex Star', sus trabajos mainstream, reediciones en DVD de viejos títulos, el vignette de Chi Chi LaRue 'Jenna's Gallery Blue' (2007), los DVD interactivos y todos esos vídeos 100% sexo con los que sorprendió al público: 'Jenna loves Kobe' (Jim Enright, 2003), 'Krystal Method' (Justin Sterling, 2004), 'Jenna Loves Pain' (Ernest Greene, 2005), 'Sophia Syndrome' (Laurent Sky, 2006), 'Jesse Factor' (Laurent Sky, 2006), 'Jenna Loves Justin' (Justin Sterling, 2006), 'Jenna Loves Justin again' (Justin Sterling, 2007), 'Jenna Loves Pain 2' (Ernest Greene, 2008), 'Nikita Loves Jenna' (Laurent Sky, 2009), 'Jenna Loves Krystal and Justin' (Justin Sterling, 2010), 'Silvia Loves Jenna' (Justin Sterling, 2010), 'Ashton Loves Jenna' (Laurent Sky, 2010) y 'Kobe loves Jenna' (Justin Sterling, 2010).
Jenna anunció su retirada en enero de 2008, pero durante dos años siguieron saliendo títulos inéditos, cintas que se habían quedado en un cajón (rodadas entre 2002 y 2004) y que vieron entonces su oportunidad, aunque suponen un legado algo pobre para cerrar su carrera. En octubre de 2010, aparecieron las últimas escenas inéditas de Jenna Jameson en 'Jenna loves Justin Forever' (Justin Sterling, 2010) y, aún ahora, todavía aparecen recopilatorios periódicamente.
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Dream Quest (Brad Armstrong, 2000)
La década comenzó para Jenna con una de sus mejores películas (rodada en 1999) y un éxito enorme. 'Dream Quest', de su hasta entonces marido y director de cabecera Brad Armstrong, supuso un reto tanto para ella como para la productora Wicked Pictures, que se lanzó a una aventura fantástica con labores de producción nunca vistas. En este filme, Jenna interpreta a una joven inocente y romántica que es elegida para salvar el mundo, que puede oscurecerse si no viaja a través del espejo hasta el mundo del sueño para salvar la fantasía, poder que el malvado Vladimir ha arrebatado y guarda en su castillo.
Muy poco que decir en contra de esta obra maestra del cine porno moderno. Un muy buen guión conduce esta historia típica del cine de fantasía arropada por una producción inmejorable de Wicked Pictures. Fotografía, dirección de arte, maquillaje, vestuario, música y, por supuesto, el trabajo de Armstrong como director son inmejorables. En el terreno interpretativo, todo el mundo da el máximo y Jenna se arriesga y soporta todo el peso del filme con éxito. Destaca la caracterización de los personajes y en concreto un monstruoso Herschel Savage, una Veronica Hart transformada en bruja mala y el divertido personaje de Kronog que interpreta un irreconocible Randy Spears.
Por supuesto, el sexo no se queda atrás en esta gran producción que Wicked realizó junto a Adam and Eve. Ocho fabulosas escenas sexuales sin falta de anal, lésbicos, sexo oral y situaciones morbosas. Jenna participa en cuatro escenas: la que cierra el filme junto Devin Wolf en una celda, un estupendo trío lésbico en el bosque con Felecia y Stephanie Swift; otro trío, más oscuro, con Evan Stone y Asia Carrera; un lésbico ardiente en una cueva helada con Alexa, y un bellísimo baño desnuda en un lago. Jenna hace un buen trabajo en la interpretación y en el sexo lo da todo y está más guapa que nunca antes.
Extrañamente, no funcionó en los AVN Awards, donde sólo se llevó el premio a la mejor fotografía. Eso sí, fue el DVD más vendido y alquilado del año y la primera película porno que salió a la venta a la vez en VHS y DVD. Además, su edición en DVD fue todo un hito gracias a la cantidad de extras que incluía, algo poco habitual en las producciones X de la época. En los premios de la crítica, los XRCO, sí que se llevó el premio a la mejor película y hoy en día es considerada como una de las grandes películas de la historia reciente del cine X. Pese al gran éxito (o causa de él), Jenna Jameson dejó ese año Wicked Pictures (con quien tenía un contrato en exclusiva desde 1995 –esta era su película número 25 con ellos-) y empezó a volar sola (y con otros)
Briana Loves Jenna (Justin Sterling, 2001)
'Briana Loves Jenna', grabada en 2000, fue la primera película que alumbró la factoría de Jenna Jameson, Club Jenna. Fue distribuida a finales de 2001 por la también coproductora Vivid y reeditada con gran éxito unos meses después por Adam and Eve, por lo que la fecha de estreno suele variar en sus filmografías entre 2001 y 2002. Esta película funcionó a la perfección. Fue el DVD más vendido y más alquilado del año 2002, costó 280.000 dólares y el primer año recaudó más de un millón. Y es que levantó muchísima expectación.
Tras 'Dream Quest' y toda su etapa en Wicked, Jenna ya era la mayor estrella porno de USA, y desde la cinta de fantasía de Armstrong no se había vuelto a ver a Jenna con un chico en pantalla (había estrenado el DVD interactivo 'My Plaything', el recopilatorio 'Deep Inside Jenna Jameson' y Randy West había reeditado su escenas de 1994 de la serie 'Up and Cummers' en los DVDs 'I love lesbians 10' y 'Please Cum Inside Me'). Y así se anunció: "su primera escena hetero en más de dos años" (el eslogan no era del todo exacto) y, cómo no, esa escena era con su nuevo marido, Justin Sterling, director de la cinta y único hombre con el que Jenna tuvo escenas sexuales desde ese momento.
Pero eso no era bastante. Aunque ella es la protagonista absoluta de la cinta, Jenna no dudó en emparejarse con una de las actrices de mayor proyección del momento, la voluptuosa Briana Banks. Y en el estreno de Sterling como director estrella de Club Jenna ya se podía ver la que sería su marca de la casa: una fotografía y montaje recargados y un exceso de filtros y efectos visuales. Y esa es la mayor pega de la película: el exceso de virtuosismo mal entendido de Sterling hace que no podamos disfrutar al máximo de algunas de las escenas sexuales. Aún así, es toda una gozada y una cinta imprescindible para los fans de Jenna, aunque el guión sea bastante pobre.
Jenna está ingresada en un psiquiátrico, imbuida en su propio mundo de éxtasis y con un personaje irreal en su cabeza llamado Briana, y su psiquiatra no es capaz de hacer nada por ella. Las escenas sexuales de la película suceden en la mente de Jenna: proyecta una imagen de si misma que se la chupa al psiquiatra mientras ella se masturba con el espectáculo. Tiene también unos cuantos números sugerentes: con un Sterling con los ojos vendados, otro con Isabella Camille y un potente dildo mecanizado, y otro más con Shay Sweet con pelucas morenas. Pero el mejor de todos es el que abre la película: un fabuloso lésbico con Briana Banks en el que, tras mucho jugar, Jenna termina poniéndose un strap-on negro y follándose con fuerza a Briana con anal incluido (y bolas chinas). Una de las escenas sexuales imprescindibles de Jenna.
Where the boys aren't 14 (Chi Chi LaRue, 2002)
Jenna Jameson participó en 'Where the boys aren't 14' siete años después de la gran experiencia en la séptima parte. En esta ocasión, tras las cámaras estaba Chi Chi LaRue, director gay y travesti que, aunque ha hecho carrera con sus vídeos gays y bisexuales, ha hecho también sus pinitos en el porno hetero y lésbico, siendo uno de los directores preferidos de Jenna, a la que dirigió en varias películas la pasada década. Y puede parecer raro que un director gay haga películas lésbicas dirigidas a hombres hetero, pero lo cierto es que LaRue (también conocido como Lawrence David o Taylor Hudson) hace un muy buen trabajo aquí. Dirigido con estilo videoclipero (y con unos cuantos boys gays que se le cuelan bailando sobre la barra en una escena), LaRue trae en esta entrega de la saga lésbica números sexuales realmente intensos.
El argumento es más que básico: Chelsea Sinclaire entra en el pub de chicas duras que regenta Jenna con una cámara de vídeo para hacer un pequeño reportaje, y Jenna y sus chicas le muestran a qué ritmo se vive allí. El trío inicial entre Dasha, Dayton Rain y Kira Kener es brutal, realmente intenso y carnal, de lo mejor de la película. Jenna tiene dos escenas: una también realmente intensa con Dasha, con squirt incluido de la checa, y una pequeña orgía con Briana Banks, Jenna Raylene y Taylor Hayes, que alcanza su mejor momento cuando las tres chicas abren y levantan sus piernas (que sujetan en lo alto los boys) y Jenna se abalanza sobre sus coños, uno por uno, entrando en ellos y devorándolos. La película cierra con una multitudinaria orgía con todas las chicas del reparto (Briana Banks, Chelsea Sinclaire, Cheyenne Silver, Dasha, Dayton Rain, Kira Kener, Raylene y Taylor Hayes) excepto Jenna, que se queda con la cámara para mostrarnos la ajetreada vida en su local.
I Dream of Jenna (Justin Sterling y Jenna Jameson, 2003)
Jenna se siente especialmente orgullosa de esta pequeña saga basada en la televisiva "I dream of Jeannie" (con secuencia de animación incluida), cuya primera parte salió a la venta en enero de 2003 y la segunda, rodada justo a continuación, tardó cuatro años en estrenarse. En esta película, Jenna se sitúa en el centro de una historia en la que un militar (Steven St.Croix) encuentra en la playa tras un amerizaje espacial una extraña vasija de la que sale, tras frotarla, una hermosa 'genio' llamada Jenna. Ella sólo quiere complacerle, pero cuando la hermana de Jenna (Nikita Denise) entra en escena, todo se complicará para Steven. No se trata de un filme especialmente remarcable, una comedia no del todo bien construida; pero no se puede negar que es un buen vehículo para Jenna y sus cualidades y que supuso un gran éxito para Club Jenna y para la propia actriz, que por primera vez probaba suerte como directora.
El humor en una historia bastante floja y algo repetitiva sirve de marco a un buen número de escenas sexuales, verdadero fuerte de la película. Jenna tiene un trío lésbico (en el que se calza su querido strap-on para dar un poco de acción a las chicas) con Autumn Austin y Nikita Denise. Más tarde, tiene un muy buen número, más carnal, apasionado y con dirty talking con Jewel De'Nyle, que tras pasear su lengua por el culo de Jenna recibe algo de acción anal con el ya habitual strap-on negro. Y hacia el final de la película, Jenna tiene su única escena hetero con su chico Justin Sterling, al que llegas a coger bastante manía durante esta década. La película tiene seis escenas más de sexo (todas bastante satisfactorias), entre las que destaca el intenso polvo de Aurora Snow y Jay Ashley mientras Jenna se toca, lo más memorable de la película.
Bella Loves Jenna (Justin Sterling, 2004)
Al igual que pasó en 1996 con 'Jenna Loves Rocco', esta película pregonaba el encuentro de dos iconos del porno: Jenna Jameson y Belladonna. Para ello, Sterling (junto a Chris Powles) creó una historia extraña mediante un guión surrealista y onírico (la carátula no podría mostrar peor el look de la película). Hay que decir que es la primera película de Jenna que abandona el full frame a 4:3 y amplía la pantalla a 1.85:1, todo un lujo. En el filme, Jenna lleva años encerrada en un manicomio tras matar a sus padres de forma sanguinaria y luego comérselos cuando era sólo una niña. Al borde de morir en la silla eléctrica, un extraño grupo de personas, de reminiscencias nazis, la interroga porque se dice que Jenna tiene el poder de resucitar a los muertos.
Lo cierto es que la película es sumamente atractiva, mezclando el erotismo y el cine de terror, y Sterling (más comedido –o más acertado- con los filtros y efectos visuales) sale bien parado de este experimento, dejándote siempre con ganas de ver la siguiente secuencia y su resolución. El sexo es, sin duda, el puntal de la película; pero los toques surrealistas y oníricos que introduce Sterling, la escena inicial llena de sangre, la llegada de Jenna al manicomio, la tortura de los 'nazis', el narrador (Randy Spears) en blanco y negro desgastado sobre la escena y el propio tono misterioso y sucio de la película consiguen robarle parte del protagonismo a las escenas carnales.
La película comienza con la escena fuerte: Belladonna y Jenna Jameson en un oscuro y potente lésbico que incluye rimming anal y un genial fistfucking de Jenna a la reina del gonzo. En la edición americana –no sé si se llegó a montar otra- el fistfucking está editado, ya que la legislación del momento no permitía que se vieran más de cuatro dedos introducidos en un cuerpo (¿!), así que no llegamos a ver a Jenna introducir su pulgar. Por desgracia, las dos divas no comparten ninguna otra escena, aunque a Bella la podemos ver después junto a Nacho Vidal en una escena de ambiente industrial que nadie debe perderse. Jenna también participa en un par de escenas de solo, una más breve y otra más larga, donde nos deleita con su sensual cuerpo. Y quizá la escena más satisfactoria para los fans de Jenna es la que comparte con Sterling (pese al maquillaje que éste lleva) en la que, tras resucitarlo, comparte con él un buen y potente número sobre la camilla del hospital.
'Bella Loves Jenna' se llevó en 2005 los AVN a la mejor película en vídeo, el mejor montaje y los mejores efectos especiales. Y es que ese fue un año redondo para la rubia, que también consiguió el premio a la mejor actriz, a la mejor escena lésbica y mejor escena de pareja por su participación en la que fue la mejor película en celuloide de ese año, 'The Masseuse', de Paul Thomas.
The Masseuse (Paul Thomas, 2004)
Thomas se decidió a versionar su propia película 'La Masajista' más de 10 años después de su éxito, cosechando con ello el AVN a la mejor película en celuloide, el de mejor director y el de mejor montaje, además de dos premios a las escenas sexuales, a sus actores principales y el AVN a la película más alquilada del año. Hypatia Lee y Randy Spears fueron sustituidos por Jenna Jameson y Justin Sterling en la historia de un hombre, con una vida triste y anodina, que encuentra en una masajista su oscuro objeto de deseo. Ella le dejará entrar en su mundo poniendo límites; pero él, en su espiral obsesiva, no sabrá cómo parar y querrá hacerla suya.
Sin duda, uno de los mejores trabajos de Paul Thomas. Un guión medido, unos personajes bien construidos y unos diálogos efectivos al igual que su tarea como director. La película se sustenta en la interpretación de Sterling y Jenna Jameson (AVN al mejor actor y actriz, respectivamente), que realizan un trabajo interpretativo superior que supone uno de los mejores de sus respectivas carreras. Thomas introduce elementos de bondage y sado light que sirven para penetrar más en la psicología del personaje masculino, y la película progresa delicadamente a través de inquietantes escenas argumentales y cortas escenas sexuales cada vez más largas, profundas, sensuales y excitantes que nos van introduciendo en la historia y en la psicología de los personajes.
El sexo es, como no podía ser de otra forma, uno de los puntales del filme. Jenna participa en cinco de las seis escenas: una breve felación tremendamente sensual y excitante a Justin en el salón de masaje (su segundo encuentro tras una tímida paja); una escena bondage entre los protagonistas realmente inquietante y con pasión; la magnífica escena lésbica –valedora de un AVN Award- entre Jameson y Savanna Samson (apabullante, desasosegadora y, de nuevo, con elementos bondage), y la escena final entre Justin y Jenna, tremendamente realista y apasionada, que se llevó el AVN a la mejor escena de pareja del año. Las escenas sexuales van in crescendo en intensidad e inclusión bondage (siempre suave y moderado), recibiendo su culmen en una escena tradicional entre los protagonistas, donde la pasión de la relación verídica de los dos actores es palpable en los gestos, las miradas, los movimientos y la intensidad de la escena.
Where the boys aren't 16 (Chi Chi LaRue, 2004)
No se puede decir que la decimosexta entrega de esta saga lésbica sea una película argumental. Se trata de una serie de secuencias con una ambientación muy definida e incluso una trama, aunque más que una historia desarrollada es un punto de partida que vertebra la película. Es decir, que 'Where the boys aren't 16' tiene todo lo que requiere un vignette de calidad; incluido un reparto de infarto liderado por Jenna Jameson y un trabajo de dirección, vestuario, fotografía y dirección de arte magnífico (hay momentos que piensas que estás viendo una cinta de Michael Ninn). Jenna está al mando de un reducto del infierno poblado por hermosas mujeres, ángeles caídos que viven al máximo su libido. Y hasta allí llega un ángel de luz (Nina Mercedez), un ser puro que ha sucumbido a la tentación y que, una vez allí, sucumbirá al pecado.
Dasha y Kira Kener son las encargadas de mostrar a Nina Mercedez la lujuria que reina en el infierno y, tras un magnífico trío lésbico en el que Dasha lo empapa todo con su squirt, las dos diablesas destrozan las alas blancas de Mercedez, que renacerá como un ángel caído de alas negras al final de la película. Para celebrar la nueva adquisición, los ángeles negros se lanzarán a la lujuria y tendremos un buen lésbico entre Jenna Jameson y Sunrise Adams nada más saber la noticia; un trío ente Briana Banks, Savanna Samson y Tiffany Mason, y otro número con Chloe Jones, Dasha, Jenna Jameson y Sunrise Adams. Un continuo de sexo lésbico de calidad que encantará a los fans de estas actrices.
La celebración concluirá con una inmensa orgía con todas las chicas del reparto, con Jenna presenciando el espectáculo sin participar desde su trono, con sus perros (tres hombres semidesnudos que no participan en la acción) a sus pies. Las chicas empiezan la orgía sin contemplaciones; pero se echa en falta a Sunrise Adams, que llega al rato con la renovada Nina Mercedez, centro de atracción de un número que incluye dobles consoladores, diferentes tipos de dildos y decenas de dedos, lenguas y labios en un estupendo punto final a la película. Es una pena que la carátula del DVD no represente el look de la película.
Last Girl Standing (Paul Thomas, 2004)
Jenna trabajó en una de las películas más atípicas de Paul Thomas, 'Last Girl Standing'. Thomas se interpreta a sí mismo, al igual que el fantástico reparto femenino (que también se autoparodia), en una divertida película en la que un productor (Evan Stone) pretende realizar la gran obra maestra: un filme convencional con sexo explícito. Para eso, pide a Paul Thomas que le ayude a elegir una actriz porno que además sepa actuar y que sea capaz de hacerse con el doble papel protagonista: dos hermanas gemelas, una criada en EEUU y otra en Inglaterra.
En realidad, 'Last Girl Standing' fue un catálogo de las chicas Vivid de ese momento: Jenna Jameson, Briana Banks, Tawny Roberts, Savanna Samson, Mercedez, Sunrise Adams y Kira Kener. Las siete chicas pasan un fin de semana en una gran mansión pasando las pruebas de casting que, además de sexo, incluyen pruebas de actuación y uno de los puntos más divertidos de la película (sólo apreciable en versión original) que es ver a las chicas ensayando para cambiar su acento de inglés americano a británico. Divertida y entretenida y con varias subtramas que la hacen muy amena, el filme también contiene cierto mensaje sobre la realidad moral del mundo del porno, con el personaje de Stone despreciándolo y el de Thomas dando su visión.
Como no podía ser de otra forma, el sexo es realmente importante (lo más importante) en esta película y se nos ofrecen hasta siete escenas sexuales. Por desgracia, Jenna sólo participa en una, pero sin duda es una de las mejores. En esta escena, Jenna comparte energías con Tawny Roberts en una escena lésbica potente e impactante, donde ambas lo dan todo y se sirven de un strap-on para los momentos más duros. El resto de la película nos trae otro buen número de escenas tanto lésbicas como hetero y una gran orgía con todas las chicas menos Jenna.
The New Devil in Miss Jones (Paul Thomas, 2005)
En 2005, Paul Thomas se embarcó en un proyecto realmente ambicioso, realizar un remake respetuoso y renovador de una de las más célebres películas porno de la historia, 'El diablo en la señorita Jones', de Gerard Damiano. Vivid se había hecho con los derechos de la historia en 2003 y tenía claro que quería a Jenna en el proyecto y, en un principio (seguramente a petición de Jenna), Justin Sterling iba a dirigir el remake. Pero Vivid recapacitó y le dio el mando a alguien verdaderamente capaz de hacer un clásico moderno que no desmereciera el original, Paul Thomas. No se equivocaron.
Thomas le lavó la cara a la historia, renovó los parámetros cinematográficos y puso en el papel principal a Savanna Samson, una de las mujeres más morbosas y con más talento del porno americano de la pasada década. Para Jenna Jameson, Thomas reservó un papel secundario, pero realmente importante. Justine (Samson) es una chica tímida, apocada y sin muchos amigos. Vive triste y solitaria en su apartamento, pero el día de su cumpleaños todo cambia. Una serie de sucesos extraños empiezan a acontecer de camino al trabajo y allí todo estalla en una pesadilla incompresible. Sus deseos más íntimos parecen ponerse a sus pies, pero un macabro secreto se esconde tras cada oscuro rincón.
Rodado en verano de 2003, Thomas construye un filme de intriga con tintes paranormales cuyo final sorprenderá irremediablemente a todos los espectadores, aunque no tanto a los que ya conozcan la trama del filme original. Thomas actualiza la historia y le da la vuelta y crea un remake que no es una nueva versión, sino un filme totalmente nuevo y lleno de referencias (un reimagining, le llaman) que no sólo encantará a los fans del porno argumental, sino que dejará contentos también a los fans del sexo duro con estilo. Estilo eminentemente cinematográfico, un guión muy bien hilvanado y una atmósfera de misterio en un filme con fotografía realista y fantásticas localizaciones y escenarios. Quizá lo único reprobable a esta producción de Vivid sea su formato de 4:3, por el que pierde la fuerza cinematográfica del formato anamórfico. Pese a eso, la película resulta una delicia y una muestra prodigiosa del talento de Paul Thomas y de las dos actrices, tanto en la interpretación como en el sexo.
El sexo está al nivel de las exigencias de la película. Samson es la reina de la escena. La tenemos manoseada por extraños durante una fantástica orgía entre Vicky Vette y cuatro hombres, en una genial escena en la piscina junto a Nick Manning o en una orgía fetichista y sadomasoquista que culmina con una genial doble penetración. Jenna también comparte una preciosa escena junto a Samson, un lésbico muy pasional en exteriores previo a la orgía final y la resolución del misterio. Antes de esto, Jenna ofrece otro lésbico realmente potente junto a la morbosa Victoria Sin, donde Jenna se entrega sin contemplaciones al placer de la morena. A la participación de Jenna sólo se le puede achacar que no participara en ningún instante de la gran orgía final, un remate estupendo a esta obra maestra del cine para adultos que consiguió nueve AVN Awards: película, guión, montaje, dirección de arte, fotografía, director, actriz principal y secundaria y mejor escena lésbica para Samson y Jameson.
Where the boys aren't 17 (Chi Chi LaRue, 2005)
Ya había quedado claro en las anteriores entregas de esta saga que el argumento cada vez iba a menos, pero la calidad visual y conceptual de la entrega 16 hacía prever una recuperación cualitativa. Pero no. La entrega 17 (y última en la que participó Jenna) reafirma la pobreza de tramas y la poca originalidad de ideas que le quedaba a la saga. En esta entrega, una famosa (Jenna Jameson) fleta un vuelo chárter, en el que sólo trabajan mujeres, para ella y sus tres amigas (Savanna Samson, Chloe Jones y Nina Mercedez).
Así que lo que nos tenemos es una película con cierto look a lo teleserie setentera en el que se suceden las escenas lésbicas en el avión. Lo que pasa es que ninguna acaba de destacar. Jenna tiene dos: una con Samson en el baño del avión (que por mucho morbo que dé la fantasía a algunos no es el mejor sitio para follar ni para grabar una escena de sexo) y un trío con Nina Mercedez y Tiffany Mason en el que Jenna se esmera a fondo con la entrepierna de la primera. Sin duda, era ya el ocaso de la serie lésbica con más éxito de la historia, que finalizó dos entregas más tarde; pero no la última vez que Jenna trabajaría con LaRue.
Janine Loves Jenna (Justin Sterling, 2007)
Club Jenna anunció a bombo y platillo esta nueva película de Jenna Jameson a las órdenes de su marido Justin Sterling. La unión de dos grandes divas como Jenna y Janine (que no habían tenido ninguna escena juntas desde 1995, en 'Where the boys aren't 7') era ya bastante publicidad para esta película. Pero hay que reconocer a Sterling que el buen resultado lo da todo el conjunto, ya que se trata de una de sus mejores películas. Rodada en 2004 en formato anamórfico, con ingenio y excelente mano técnica, nos cuenta la historia de Janine, amante oculta de una Jenna casada con Sterling, que muere en un accidente de coche por escapar del marido de Jenna. Hundida por la muerte de su amante, Jenna se suicida para encontrarse con su amor en el otro lado. Una vez en el infierno, las dos amantes sortearán diferentes parajes inhóspitos hasta lograr escapar.
Entretenida, amena y hasta interesante, 'Janine Loves Jenna' juega con una historia atractiva con el desarrollo justo y mucha imaginación en la puesta en escena. La película empieza con una secuencia de animación que nos presenta la historia de las dos amantes y, una vez en infierno, destaca, entre otros rincones, el bar de carretera a lo Gregory Dark donde moran los siete pecados capitales. Además, como en 'Bella loves Jenna', Sterling vuelve a controlarse con los efectos visuales y deja disfrutar de casi todas las escenas de sexo, acompañadas de una estupenda banda sonora.
Jenna está en cuatro de las seis escenas sexuales: tras un oscuro lésbico entre Jenna, Janine y la sensual Justine Joli (que culmina con Janine recibiendo una doble penetración de las otras dos féminas con strap-on blancos), Janine y Jenna pasean por un callejón oscuro bajo la lluvia, con kimonos y sombrillas japonesas, donde tienen una escena memorable con dos hombres (Manuel Ferrara y Justin Sterling) ocultos con túnicas y capuchas. Janine está inmensa, como siempre; pero Jenna se luce en el oral, y los gestos de su cara mientras Sterling le da desde detrás te dejan desarmado. Sus cuerpos mojados en una escena tan carnal y bien montada suponen una auténtica delicia para los fans de cualquiera de las dos actrices y una de las demostraciones palpables de la sexualidad de Jenna Jameson. Es la mejor escena de la película junto al gran lésbico final y el excepcional trío de Katia Kassin, todo un portento de mujer enfrentándose con un maravilloso oral y un tremendo anal a la ira y a la avaricia, encarnados por Tommy Gunn y Vincent Vega.
Ya en la morada del diablo (helada, en vez de en llamas) Janine y Jenna se tiran a Julian y al propio diablo (encarnado por Sterling bajo un tremendo disfraz). Tras escapar de sus garras, las amantes acaban en la bañera en la que Jenna se suicidó. Allí y por el resto de su apartamento, tienen una escena lésbica con muchísima química y realmente excitante en la que Jenna mete cuatro dedos en el coño de Janine, hacen un acrobático 69 y ambas acaban masturbándose el culo con dos velas encendidas. Todo eso y mucho más justo antes de que Jenna penetre el culo de Janine con lo que parece la pata de una mesa. Totalmente imprescindible para los fans de Jenna y los amantes del porno en general.
I Dream of Jenna 2 (Justin Sterling, 2007)
Jenna recuperó su papel de genio el mismo año que terminó la primera parte, aunque la película, ésta en formato anamórfico, no se estrenó hasta 2007. En esta secuela, Jenna y Steven St. Croix repiten papel y crean una historia no mucho más elaborada, pero algo más lógica y amena. Jenna lleva ya un tiempo con Steven y la verdad es que se aburre. Su hermana Katrina (Nikita Denise) la vuelve a liar y la incita a leer un antiguo libro para aprender a complacer a su dueño, lo que volverá a poner patas arriba la vida de Steven.
Los diversos intentos de Jenna para complacer a su dueño la llevarán a transmutarse en Belladonna, con quien Steven St. Croix tendrá un tremendo número en las escaleras. Pero con su propio cuerpo, podemos ver a Jenna en una impresionante orgía con Alaura Eden, Aurora Snow, Belladonna, Cherry Rain, Cindy Crawford y Courtney Devine, a la que un rato después se unirá T.T. Boy. Jenna volverá más tarde en una escena lésbica con Agel Cassidy y terminará la función, guapísima, de morena, con Justin Sterling en otra buena escena. Completan la parte sexual la sensual Nikita Denise con dos escenas seguidas, una con Randy Spears y otra con Nacho Vidal, y un buen trío inicial con Cherokee, Gauge y Randy Spears. Como la primera parte, no me parece una película especialmente divertida, pero se deja ver.
Jenna Loves Diamonds (Michael Zen, 2008)
Unos meses después de estrenar 'Briana Loves Jenna', a finales de 2002, Jameson decidió volver a colaborar con el realizador Michael Zen tras los buenos resultados en 'Satyr' y 'Blue Movie' en los 90. Pero el resultado no debió de ser el esperado, ya que la película que rodaron, 'Jenna Loves Diamonds', una historia de suspense con el toque Zen, es decir, con el mundo onírico envolviendo una historia que nunca es lo que parece, no se estrenó hasta seis años más tarde, un par de meses después de que Jenna anunciara su retirada de la industria del porno. Un lanzamiento oportuno (u oportunista) para una película tan sólo correcta en lo narrativo, pero con buenas muestras del arte en la dirección del autor de 'Satyr'.
Jenna es Laura Pendleton, una investigadora de una empresa de seguros que recibe una misteriosa tarjeta invitándola a un club nocturno. En el local sólo están ella y una amiga, pero deciden pasárselo bien y se dejan hipnotizar por Madame Zora (Dru Berrymore), el gran espectáculo de la noche en el Stardust Club. Al día siguiente, Laura acude a investigar el robo de unas joyas en casa de unos clientes y, al ver la foto del collar robado, se desmaya y tiene una extraña visión del robo. Esa misma noche roban un caro diamante de un museo y, sin saber cómo, Laura encuentra en su bolso las piezas robadas.
Jenna tiene tres escenas sexuales en la película. La primera es con Kendall Karlson, en una ensoñación en el club durante la hipnosis, un lésbico bien rodado, pero sin grandes florituras sexuales. Más tarde tiene otro número lésbico más activo con Dru Berrymore, en el que comparten un strap-on blanco. Y la película termina con una escena hetero de Jenna con Justin Sterling, con una fotografía muy carnal y saturada y con mucha química entre ellos, sobre todo en las partes orales. Ashley Moore, Cherry Rain y Aurora Snow tienen sendas escenas de pareja que, aunque no están mal, son puro relleno en la película. Jenna está bastante bien en general. En esa época estaba realmente guapa y logra hacer un buen trabajo con el papel que tenía entre manos, un papel que, como al resto de la película, le falta un poquito más de trabajo y desarrollo en el guión. Aún así, junto con su siguiente película, 'Burn', es de lo mejor que estrenó Jenna tras su retirada.
Burn (Paul Thomas, 2008)
Con Burn, son cuatro las colaboraciones de Jenna Jameson con el genial Paul Thomas, uno de los maestros del porno de las dos últimas décadas. En esta versión libre de 'The Secretary', Jenna es una secretaria con tendencias autodestructivas que se ve arrastrada al mundo sadomasoquista de su nuevo jefe (Justin Sterling) mientras su relación amorosa con su novia (Stephanie Swift) se resquebraja. Rodado en celuloide y con un trabajo de fotografía digno de premio, Thomas narra con delicadeza la historia de una mujer que no encuentra el rumbo, transmitiendo, gracias a Jane Waters (su cámara), sensaciones a través de la imágenes y mostrando una relación muy realista entre Stephanie y Jenna, tratando con acierto la tensión sexual y sentimental de una relación al borde de sus límites.
Thomas acierta en mantener el filme como una película pequeña y menor, que seguramente no hubiera llegado a existir si Jenna no hubiera estado en el proyecto; pero se sumerge en el drama y llega a hacerse algo pesada y, pese al buen dibujo psicológico de la caída de Jenna, queda algo vacía. Aún así, es el mejor trabajo argumental que Jenna estrenó tras su retirada, seguramente porque es el único de esos estrenos que no se rescató de un cajón, sino que tenía que estrenarse entonces, aunque no se hubiera retirado. Aún así, la película se había rodado en 2005, pero no se había estrenado porque un accidente estropeó casi todo el celuloide y se tuvo que realizar un largo trabajo de restauración que costó más de 100.000 dólares a Vivid.
Como suele ser habitual en las cintas de Thomas, el sexo hace avanzar la parte argumental. La espiral descendente de la relación entre Jenna y Swift se cuela en cada uno de sus lésbicos: el primero, corto en el coche, masturbación y cunnilingus de Stephanie a Jenna; el segundo, tremendamente sensual y de imagen bellísima en el dormitorio, cargado de erotismo y realismo, el mejor de los tres; y el último, en el mismo escenario, pero muy diferente tras el debacle de Jenna y cargado de bondage light que contrasta con el romanticismo del anterior. Y, finalmente, la estupenda escena entre Jenna y Justin, donde Thomas juega con la penumbra, que potencia aún más la pasión y sexualidad realista del sexo de los dos protagonistas.
Y, por supuesto, la orgía sadomasoquista central, donde Lauren Phoenix, Mr. Marcus, Cytherea, Julian, Evan Stone y Taylor Rain lo dan todo en diferentes grupos (con anal, assgaping, juego con fuego, pinzas, cuerdas…) y donde vemos a Jenna recibiendo unos pequeños latigazos para después someterse a los vicios de Cytherea, Justine Joli, Lauren Phoenix y Natasha Sweet. Se trata de una escena de sexo duro, pero a la vez sensual, con una imagen carnal, oscura e incómoda muy acertada, que contrasta con el sexo romántico y realista de la pareja y contribuye al retrato psicológico del personaje principal, una Jenna que hace un estupendo trabajo.
Being Jenna (Chi Chi LaRue, 2009)
Otra de las cintas escondidas de Jenna Jameson que se estrenó tras su retirada. Lo cierto es que las escenas que componen este vignette/reportaje autobiográfico fueron rodadas en 2003, seguramente quedando descartadas de otras producciones. Lo que ofrece aquí LaRue es una especie de reportaje sobre Jenna en el que la actriz habla a la cámara (y también con otros) sobre su carrera desde un punto de vista íntimo y personal, sobre sus sentimientos en este negocio y lo que ha supuesto para ella. LaRue sabe usar muy bien la cámara (y Jenna también) y logra un retrato sincero (aunque muy guionizado) con un tono agridulce.
Pese a su naturaleza autobiográfica, Jenna sólo tiene dos escenas en la película, la primera y la última, siendo el resto puro relleno (aunque con lujos como Aurora Snow). Jenna tiene un lésbico que empieza junto a la piscina y una fina cascada, pero que tiene sus imágenes más bellas bajo el agua azulada de la piscina, donde retoza con Cherry Rain. Y luego vuelve al final en otro lésbico a tres bandas sin desperdicio con Olivia del Rio y Daisy Marie. Sólo para fans.
Jenna Confidential (Michael Zen, 2009)
Ambientada en los años 40, Justing Sterling interpreta al jefe de un grupo mafioso asesinado en su propia casa. Jenna es la viuda y Randy Spears, el nuevo capo ahora que Sterling ha muerto. Pero en ese mundo de hombres duros, las femme fatales son las que de verdad mandan. Rodado en 2002 en un estupendo blanco y negro con fotografía titilante que se transforma a color en las escenas sexuales, la película funciona bastante bien en su parte argumental, con cierto misterio hasta el final. Sin embargo, se nota poco desarrollada; su hora y once minutos de duración permitían a Chi Chi LaRue (guionista) y a Zen (director) crear más secuencias de transición y meterse más en el mundo de la mafia para darle cuerpo a la película; pero no lo hicieron y la cinta se quedó en un cajón hasta el momento adecuado.
La parte sexual es un relleno bastante pastiche y sin trabajarse mucho su justificación, lo que unido al cambio al color y de estilo de música al pasar al sexo (estupenda la banda sonora en la parte argumental), hace que salgas de la historia y renquee. Aún así, Michelle Michaels, Manuel Ferrara y Mario Rossi se lo montan en el funeral y Ashley Long y Randy Spears en casa del muerto. Y sorprende la veterana Sharon Kane (nacida en 1956, en activo desde el 77), que se tira con soltura a Steven St. Croix y luego va a por Jenna en un lésbico en exteriores. Jenna cierra el apartado sexual y la película con la dulce Jana Cova en su dormitorio, en un lésbico que culmina cuando Cova masturba a Jenna con una botella de champagne. Sólo por ese momento, ya vale la pena verla.
Jenna's Dirty Secret (Michael Zen, 2009)
Michael Zen vuelve a dirigir a Jenna en 'Jenna's Dirty Secret' (rodada a finales de 2002), una cinta de intriga que, sin ser nada del otro mundo, funciona bien como mero entretenimiento. Jenna es Tara, una estrella de cine de serie B que aparece asesinada en su casa. Su amante (Tina Tyler) llora su muerte cuando su ex marido y asesino (Randy Spears) la amenaza para conseguir una misteriosa cinta de vídeo. Todo se complica cuando aparece en escena la hermana gemela de Tara, Jenna Jameson de morena.
Jenna (sólo de rubia, su hermana morena no folla) tiene un lésbico en exteriores con ramona Luv en el que Jenna disfruta dominando la situación con un strap-on blanco. Y al final de la película la podemos ver con Justin Sterling en una escena de cinco minutos donde lo que más destaca es la acción oral. El resto, sexo bastante de relleno con anales de Saphire Rae, Jasmine Lynn y Melanie Jagger. Una cinta muy normalita pese al buen hacer de LaRue, Jameson, Tyler y Spears. Lo peor, la falta de sustancia en la parte central y de algunas escenas de transición y la cutrez de que se oigan las cámaras que hacen la foto fija en algunas escenas sexuales.
The It Girl (Chi Chi LaRue, 2009)
Si Chi Chi LaRue fuera heterosexual le pediría la mano a Jenna, pero como no lo es se conforma con retratarla siempre que puede, y sabe sacarla guapa. En 'The It Girl', última película argumental estrenada de Jenna Jameson (aunque rodada en 2003), la rubia es una detective de Los Ángeles que se infiltra como stripper en un local de variedades en el que trabajaba la última víctima de un perturbado, el asesino de drag queens. Aunque no es una cinta a la altura de un buen cierre de la carrera de Jenna, se trata de una película bien hecha que, aunque peca de poco desarrollada, está bien narrada y realizada. LaRue (que además de dirigir con buena mano interpreta a la drag queen dueña del local) va presentando de una manera clásica a los posibles sospechosos y, a continuación, vemos como los mata el misterioso asesino, siempre fuera de plano.
Jenna, que hace un magnífico baile en la barra de striptease, interpreta (en playback) un tema original para la película en el escenario del local y se toca en el camerino tras la actuación. Tiene dos escenas lésbicas en la película: la primera, con Monique Alexander, en la que Jenna es la que se entrega más y Monique la que disfruta. Y la segunda, al final, con su compañera Nicole Sheridan, una de esas actrices que disfruta verdaderamente de lo que hace y que se monta un buen número con Jenna, con un strap-on que usan ambas, que conforma uno de los mejores espectáculos de la película.
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